Microsoft ha prometido que la próxima versión de su sistema operativo Windows será más rápida y fácil de usar y evitará los traspiés de la introducción de Windows Vista, que desesperó a muchos usuarios del software que funciona en el 90 por ciento de los ordenadores del mundo.
La empresa tiene previsto lanzar a principios de 2009 una versión de prueba de Windows 7, del que dio un primer atisbo el martes. El nuevo sistema tendrá novedades como tecnología de pantalla táctil y la posibilidad de personalizar el sistema con más facilidad.
Windows Vista fue muy criticado debido a su escasa compatibilidad con otros dispositivos y a su lentitud de arranque, que se convirtió en el objetivo de una efectiva campaña de marketing de su rival Apple.
Además, la utilidad del sistema operativo de escritorio tradicional de Windows, el producto más rentable del mayor fabricante de software del mundo, empieza a ponerse en cuestión porque cada vez más aplicaciones de software se trasladan a la Red, poniendo de relieve el papel central de los navegadores de Internet en un mundo centrado en la web.
Para su próximo lanzamiento, Microsoft ha decidido medir el éxito en función de la satisfacción del usuario antes que por la superioridad técnica, que no es la prioridad de la mayoría de los consumidores.
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